Throughout her career as a nonprofit executive, award-winning executive producer and producer/director, broadcast programmer, curator, teacher, and writer, Cara has championed the leadership role of artists in society, and worked to harness the power of cultural...
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¿Cómo podemos contar historias más eficaces? Esta es una cuestión central para nosotros en IRIS, un nuevo centro de colaboración que reúne a financiadores, narradores y activistas. Es algo que me ha interesado desde el principio de mi carrera sobre temas de actualidad en la radio de Sudáfrica en los años 90.
Llegamos hasta el día de hoy. Esta es la primera de una serie de publicaciones en el blog en las que espero compartir información y conocimientos relacionados con la narración de historias, el cambio narrativo y la justicia social.
Una narración más eficaz depende en gran medida de lo que entendamos por “eficaz”; a menudo no lo dilucidamos. Con frecuencia, “eficaz” se entiende como “persuasivo”; queremos que la historia persuada a alguien de un determinado punto de vista, o que la persona actúe de cierta manera. Esta es una visión muy instrumental y lineal de la narración: la narrativa como comunicación estratégica. En IRIS queremos saber: ¿cómo crear historias persuasivas que sigan siendo buenas historias?
Hay muchas investigaciones sobre lo que hace que las historias sean persuasivas, y espero exponer algunas de ellas en las próximas semanas y meses. Tome en cuenta este artículo de 2019 sobre por qué son importantes los personajes. En las historias sobre el riesgo de inundaciones, se examinan los tipos de mecanismos de narración que fomentan el mayor “transporte narrativo”: es decir, ¿con qué historias se comprometió el público? Los investigadores probaron tres tipos diferentes de estructuras de personajes:
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la narrativa del Héroe, mostrando que los miembros del público y sus comunidades pueden prepararse para las inundaciones;
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la narrativa de la Víctima, que presenta las graves amenazas y los resultados negativos para todos los implicados; y
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la narrativa de la Víctima que se vuelve héroe, mostrando cómo los miembros del público y sus comunidades pueden revertir los efectos adversos.
ISe comprobó que las estructuras Héroe y Víctima que se vuelve Héroe provocaban una respuesta emocional positiva: hacían que el público se sintiera bien. Los autores suponen que el público que siente emociones favorables estaría más abierto al mensaje y más preparado para la posibilidad de inundaciones.
Sin embargo, hay otras formas de definir la narración “eficaz”. A veces, sobre todo al hablar de cuestiones controvertidas que implican juicios morales, o de los conflictos complejos llamados “problemas perversos”, las historias eficaces son las que permiten un debate auténtico y lleno de matices. Esto es lo que propone Thaler Pekar en su respuesta a un nuevo libro de Jonathan Gotshall, titulado The Story Paradox: How Our Love of Storytelling Builds Societies and Tears them Down. Pekar discrepó con el argumento de Gotshall de que la narración de historias es destructiva porque la necesidad de identificar siempre héroes y víctimas en las historias sólo contribuye a perpetuar el conflicto. “Desechemos la expectativa de conflicto en la narración y pasemos a narrativas centradas en los matices, los contrastes y la complejidad”, insta Pekar.
Esto coincide con la visión de Sara Cobb, cuyo trabajo aporta un enfoque narrativo a la resolución de conflictos. Cobb sostiene que las historias de conflictos – historias bipolares, con buenos y malos – son malas historias. No son útiles porque mantienen a la gente en sus respectivas posiciones y contribuyen a la polarización Cobb desea que avancemos hacia historias complejas, con matices y personajes intrincados. Parte de la valoración de la complejidad es también la valoración de una serie de estructuras y tradiciones narrativas, como sostiene AJ Eversole en un artículo sobre la alegría de las estructuras nativas.
Por último, a veces las historias eficaces no son las que giran en torno a un tema–algo que a menudo resulta contradictorio para los financiadores. Este tema surgió en un fantástico panel de discusión celebrado este año en Sundance con cineastas y científicos de BIPOC y curado por la nueva iniciativa Climate Story Lab de Doc Society. Mírelo en su totalidad:
Como subrayaron los panelistas, para avanzar en una narrativa útil para combatir el cambio climático, no necesitamos que nuestras películas y programas de televisión traten siempre sobre el cambio climático. Necesitamos más telenovelas, dramas y comedias románticas habituales, en las que el cambio climático (o ponga aquí cualquier otro tema) forme parte del contexto más amplio en el que se desarrolla el drama en cuestión (algo que aparentemente comienza a ocurrir en el Reino Unido).
Y hay otras formas de definir una narrativa eficaz. Tal vez una historia nos enseñe algo sobre nosotros mismos, o nos permita sentirnos vistos, o aporte una sensación de belleza al mundo. A menudo las historias funcionan de forma difusa y no directa. La socióloga Francesca Polletta y otros sostienen, por ejemplo, que las historias podrían no ser eficaces si su mensaje es demasiado explícito, y que la ambigüedad es a menudo una ventaja. Con demasiada frecuencia tratamos de domesticar las historias, de simplificarlas. No pensamos en la eficacia como algo multifacético.
Las historias no son fórmulas mágicas y su impacto no es lineal. Contar historias es importante porque es poderoso: es algo fundamental para nuestra forma de actuar como seres humanos. Pero precisamente lo que vuelve poderosas a las historias también las hace complicadas e impredecibles. Tenemos que aprender a vivir con eso.