Throughout her career as a nonprofit executive, award-winning executive producer and producer/director, broadcast programmer, curator, teacher, and writer, Cara has championed the leadership role of artists in society, and worked to harness the power of cultural...
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Por Paula Miraglia Cofundadora y CEO del Nexo Jornal
Como ocurre en tantos países del mundo, la desinformación ha sido un elemento de gran relevancia en la configuración del debate político brasileño. Las elecciones presidenciales de 2022, las más importantes de la historia democrática reciente de Brasil, no fueron la excepción.
Las nuevas modalidades de circulación de la información, los ataques sistemáticos al periodismo, la desconfianza de parte de la sociedad hacia los medios de comunicación son tan solo algunos de los desafíos a los que se enfrenta el ecosistema mediático brasileño.
Por otro lado, este mismo contexto ha reiterado el carácter esencial del periodismo profesional como una de las salvaguardas de la democracia.
Nexo es un periódico nativo digital, lanzado en 2015. Desde su fundación, nuestra principal motivación ha sido la producción de un periodismo que contribuya a un debate público calificado y plural, apto para fortalecer la democracia brasileña. Nuestros principios editoriales son el equilibrio, la claridad y la transparencia.
Somos un periódico sin publicidad: casi 50% de nuestros ingresos proviene de suscripciones. La elección de este modelo de negocio, poco habitual en el sector, es prioritaria para garantizar la sostenibilidad y la independencia del periódico.
También fuimos uno de los primeros medios brasileños reconocidos por el Trust Project, lo que junto con el modelo de negocio ilustran cómo la calidad del periodismo y la relación de confianza con nuestra audiencia están al centro de nuestro proyecto editorial.
Las elecciones de 2022 tuvieron como trasfondo un país dividido, en el que el debate público a menudo se basaba en informaciones sin fundamento. Importantes actores – públicos y privados – hicieron uso de la desinformación de forma deliberada y estratégica.
Al mismo tiempo, las plataformas digitales habían hecho poco para evitar que la desinformación reinara como lo hizo en las anteriores elecciones de 2018. Además de la escasa rendición de cuentas (que no es nueva, pero actualmente tiene un peso aún mayor), tienen el poder de definir cómo se distribuye la información y cómo accede a ella el público.
Ante un escenario particularmente difícil para los medios de comunicación, decidimos responder con lo que mejor hacemos: nuestro periodismo.
Diez días antes de la primera vuelta electoral, Nexo eliminó el muro de pago de todo nuestro contenido relacionado con las elecciones. Es decir, los lectores en general, además de los suscriptores del diario, ahora tenían acceso a contenidos especiales, gráficos y textos analíticos que abordaban los procesos electorales y las campañas presidenciales, para gobernadores, senadores y diputados en el país.
Nuestro manifiesto de cobertura electoral llevaba la siguiente consigna: “las opiniones no cambian los hechos, pero los hechos cambian las opiniones”. Al garantizar el libre acceso a nuestros contenidos, queríamos extender el alcance y el impacto de un periodismo que “busca la excelencia, investiga, verifica y expone los hechos con transparencia, ofreciendo interpretaciones ecuánimes de los acontecimientos”.
“La decisión fue movida por el compromiso que Nexo tiene con la democracia, en un momento en que el periodismo profesional es crucial para rescatar la calidad del debate público”, como informamos en su momento. Y esto fue posible gracias al apoyo de Luminate, y de IRIS – International Resource for Impact and Storytelling.
No era la primera vez que eliminábamos nuestro muro de pago. En 2018, todo el contenido relacionado con las elecciones se mantuvo abierto durante el horario electoral de televisión y radio. En 2020, conscientes de la gravedad de la crisis sanitaria y del papel de la desinformación, desbloqueamos el acceso a todos los materiales relacionados con la pandemia de Covid-19 que habíamos generado. El acceso a este contenido sigue siendo gratuito hasta hoy.
Nos preocupó la reacción de nuestros suscriptores cuando quitamos el muro de pago; particularmente durante la pandemia. Después de todo, estos materiales representaban más de 75% de la producción diaria de Nexo y estábamos regalando algo por lo cual ellos pagaban. Las reacciones, sin embargo, fueron de lo mejor, con suscriptores que no sólo apoyaron, sino que aplaudieron nuestra decisión.
Este tipo de movilización – de suscriptores y de la filantropía, que nos apoya en la apertura de contenidos – muestra la convergencia que existe en relación con la importancia de que el periodismo esté presente en momentos cruciales para la democracia y para la historia del país. Este fue precisamente el caso de las elecciones de 2022.
Brasil tiene un ecosistema mediático sumamente tradicional y concentrado, algo que influye en las condiciones del debate público nacional.
Eventos como la pandemia y las elecciones son fuertes recordatorios de la vocación y la razón de ser de los medios: estar al servicio de la sociedad. En otras palabras, los medios ponen la luz sobre el periodismo, las noticias y la producción de información como actividades que requieren que el interés público sea el principio guía del trabajo.
En el caso de Nexo, abrir el muro de pago es una decisión que, si bien encarna nuestra misión, también significa renunciar a suscriptores e ingresos potenciales. Su valor reside sobre todo en la posibilidad de experimentar: nuevas alianzas, nuevos modelos de monetización, formas creativas de recordar a la sociedad la importancia del periodismo o una manera de dar aún más sentido a nuestra relación con los suscriptores.
Si vamos a hallar las respuestas a la crisis de sostenibilidad del periodismo, estas pasarán por valorar la calidad de lo que producimos, por el compromiso con la ética y la transparencia y, desde luego, por la experimentación.
Y es precisamente en este aspecto en el que el interés de la filantropía por el periodismo puede suponer una gran diferencia.
La información de calidad y confiable es esencial para tener ciudadanos bien informados y críticos y, consecuentemente, para asegurar la calidad de las democracias. Un ecosistema mediático fuerte, plural, ético e inmune a los intereses creados debe formar parte de cualquier agenda de desarrollo social. La creciente disposición del universo filantrópico a apoyar proyectos de medios de comunicación, aun sin ser la solución definitiva, aporta optimismo a este espacio.
En Nexo consideramos que la sostenibilidad es fundamental para nuestro negocio, ya que garantiza nuestra independencia política, religiosa y comercial, por nombrar solo algunos de los intereses que han invadido una gran parte de los medios de comunicación en Brasil y en todo el mundo.
Este tipo de financiamiento permite tomar riesgos, algo escencial en la búsqueda de innovación, pero a la vez de difícil aplicación en momentos de crisis. Si se hace correctamente, también puede estimular experiencias de aprendizaje que pueden ser compartidas a lo largo del ecosistema. También puede crear oportunidades para encarar temas que no tienen necesariamente un espacio adecuado en la industria – como los temas de género y de igualdad racial – pero que son clave para producir un periodismo de calidad y responsable.
Estos son solo algunos ejemplos, hay muchos más. El punto central es que que cuando hablamos de apoyo filantrópico para los medios, hablamos de un fortalecimiento del espacio cívico.
La sostenibilidad no es algo trivial. Esta es una industria que tardó mucho en renovarse y entender lo fundamental de lo digital. Los retos son innumerables. Hay cuestiones éticas relevantes planteadas por modelos de negocio que, lamentablemente, todavía se consideran aceptables.
En Nexo, por ejemplo, tenemos una política de transparencia radical en cuanto a los fondos que recibimos. Dejamos dinero sobre la mesa cuando nos topamos con propuestas que no se alinean con nuestros principios éticos. No utilizamos recursos publicitarios frecuentes en muchos sitios, como Taboola o Outbrain, que confunden intencionalmente al lector mezclando contenido editorial con anuncios engañosos.
Estas decisiones sin duda imponen límites a nuestro potencial de ingresos, pero nos recompensan con una relación única de confianza con nuestros lectores. Algo cuyo valor, especialmente hoy en día, es indispensable para la sostenibilidad a largo plazo de cualquier medio de comunicación.